Blog del curso de Derecho Genético de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
Control difuso en proceso de filiación
Caso de filiación presentado en el MBJ de Condevilla y que llegó a la Corte Suprema vía consulta por aplicación de control difuso.
lunes, 21 de octubre de 2013
DECLARACIÓN UNIVERSAL DEL GENOMA HUMANO Y LOS DERECHOS HUMANOS
Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos
Humanos 11 de noviembre de 1997 |
La Conferencia General,
Recordando, que en el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO
se invocan “los principios democráticos de la dignidad, la igualdad y el respeto
mutuo de los hombres” y se impugna “el dogma de la desigualdad de los hombres y
de las razas”, se indica “que la amplia difusión de la cultura y la educación de
la humanidad para la justicia, la libertad y la paz son indispensables a la
dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas las naciones han de
cumplir con un espíritu de responsabilidad y de ayuda mutua”, se proclama que
“esa paz debe basarse en la solidaridad intelectual y moral de la humanidad” y
se declara que la Organización se propone alcanzar “mediante la cooperación de
las naciones del mundo en las esferas de la educación, de la ciencia y de la
cultura, los objetivos de paz internacional y de bienestar general de la
humanidad, para el logro de los cuales se han establecido las Naciones Unidas,
como proclama su Carta”,
Recordando solemnemente, su adhesión a los principios universales de los derechos humanos afirmados, en particular, en la Declaración Universal de Derechos Humanos del 10 de diciembre de 1948 y los dos Pactos Internacionales de las Naciones Unidas de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y de Derechos Civiles y Políticos del 16 de diciembre de 1966, la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio del 9 de diciembre de 1948, la Convención Internacional de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial del 21 de diciembre de 1965, la Declaración de las Naciones Unidas de los Derechos del Retrasado Mental del 20 de diciembre de 1971, la Declaración de las Naciones Unidas de los Derechos de los Impedidos del 9 de diciembre de 1975, la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer del 18 de diciembre de 1979, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las Víctimas de Delitos y del Abuso de Poder del 29 de noviembre de 1985, la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño del 20 de noviembre de 1989, las Normas Uniformes de las Naciones Unidas sobre la Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad del 20 de diciembre de 1993, la Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción y el almacenamiento de armas bacteriológicas (biológicas) y toxínicas y sobre su destrucción del 16 de diciembre de 1971, la Convención de la UNESCO relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza del 14 de diciembre de 1960, la Declaración de Principios de la Cooperación Cultural Internacional de la UNESCO del 4 de noviembre de 1966, la Recomendación de la UNESCO relativa a la situación de los investigadores científicos del 20 de noviembre de 1974, la Declaración de la UNESCO sobre la Raza y los Prejuicios Raciales del 27 de noviembre de 1978, el Convenio de la OIT (Nº 111) relativo a la discriminación en materia de empleo y ocupación del 25 de junio de 1958 y el Convenio de la OIT (Nº 169) sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes del 27 de junio de 1989, Teniendo presentes, , y sin perjuicio de lo que dispongan, los instrumentos internacionales que pueden concernir a las aplicaciones de la genética en la esfera de la propiedad intelectual, en particular la Convención de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas del 9 de septiembre de 1886 y la Convención Universal de la UNESCO sobre Derecho de Autor del 6 de septiembre de 1952, revisadas por última vez en París el 24 de julio de 1971, el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial del 20 de marzo de 1883, revisado por última vez en Estocolmo el 14 de julio de 1967, el Tratado de Budapest de la OMPI sobre el Reconocimiento Internacional del Depósito de Microorganismos a los fines del Procedimiento en materia de Patentes del 28 de abril de 1977, el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) anexado al Acuerdo por el que se establece la Organización Mundial del Comercio que entró en vigor el 1º de enero de 1995, Teniendo presente también el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica del 5 de junio de 1992 y destacando a este respecto que el reconocimiento de la diversidad genética de la humanidad no debe dar lugar a ninguna interpretación de tipo social o político que cuestione “la dignidad intrínseca y (...) los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”, de conformidad con el Preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, Recordando, sus Resoluciones 22 C/13.1, 23 C/13.1, 24 C/13.1, 25 C/5.2, 25 C/7.3. 27 C/5.15, 28 C/0.12, 28 C/2.1 y 28 C/2.2 en las cuales se instaba a la UNESCO a promover y desarrollar la reflexión ética y las actividades conexas en lo referente a las consecuencias de los progresos científicos y técnicos en el campo de la biología y la genética, respetando los derechos y las libertades fundamentales del ser humano, Reconociendo, que las investigaciones sobre el genoma humano y sus aplicaciones abren inmensas perspectivas de mejoramiento de la salud de los individuos y de toda la humanidad, pero destacando que deben al mismo tiempo respetar plenamente la dignidad, la libertad y los derechos de la persona humana, así como la prohibición de toda forma de discriminación fundada en las características genéticas, Proclama los principios siguientes y aprueba la presente Declaración: A. La dignidad humana y el genoma humano Artículo 1 El genoma humano es la base de la unidad fundamental de todos los miembros de la familia humana y del reconocimiento de su dignidad intrínseca y su diversidad. En sentido simbólico, el genoma humano es el patrimonio de la humanidad. Artículo 2 (a) Cada individuo tiene derecho al respeto de su dignidad y derechos, cualesquiera que sean sus características genéticas. (b) Esta dignidad impone que no se reduzca a los individuos a sus características genéticas y que se respete el carácter único de cada uno y su diversidad. Artículo 3 El genoma humano, por naturaleza evolutivo, está sometido a mutaciones. Entraña posibilidades que se expresan de distintos modos en función del entorno natural y social de cada persona, que comprende su estado de salud individual, sus condiciones de vida, su alimentación y su educación. Artículo 4 El genoma humano en su estado natural no puede dar lugar a beneficios pecuniarios. B. Derechos de las personas interesadas Artículo 5 (a) Una investigación, un tratamiento o un diagnóstico en relación con el genoma de un individuo, sólo podrá efectuarse previa evaluación rigurosa de los riesgos y las ventajas que entrañe y de conformidad con cualquier otra exigencia de la legislación nacional. (b) En todos los casos, se recabará el consentimiento previo, libre e informado de la persona interesada. Si ésta no está en condiciones de manifestarlo, el consentimiento o autorización habrán de obtenerse de conformidad con lo que estipule la ley, teniendo en cuenta el interés superior del interesado. (b) Se debe respetar el derecho de toda persona a decidir que se le informe o no de los resultados de un examen genético y de sus consecuencias. (e) Si en conformidad con la ley una persona no estuviese en condiciones de expresar su consentimiento, sólo se podrá efectuar una investigación sobre su genoma a condición de que represente un beneficio directo para su salud, y a reserva de las autorizaciones y medidas de protección estipuladas por la ley. Una investigación que no represente un beneficio directo previsible para la salud sólo podrá efectuarse a título excepcional, con la mayor prudencia y procurando no exponer al interesado sino a un riesgo y una coerción mínimos, y si la investigación está encaminada a redundar en beneficio de la salud de otras personas pertenecientes al mismo grupo de edad o que se encuentren en las mismas condiciones genéticas, a reserva de que dicha investigación se efectúe en las condiciones previstas por la ley y sea compatible con la protección de los derechos humanos individuales. Artículo 6 Nadie podrá ser objeto de discriminaciones fundadas en sus características genéticas, cuyo objeto o efecto sería atentar contra sus derechos humanos y libertades fundamentales y el reconocimiento de su dignidad. Artículo 7 Se deberá proteger en las condiciones estipuladas por la ley la confidencialidad de los datos genéticos asociados con una persona identificable, conservados o tratados con fines de investigación o cualquier otra finalidad. Artículo 8 Toda persona tendrá derecho, de conformidad con el derecho internacional y el derecho nacional, a una reparación equitativa de un daño del que pueda haber sido víctima, cuya causa directa y determinante pueda haber sido una intervención en su genoma. Artículo 9 Para proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales, sólo la legislación podrá limitar los principios de consentimiento y confidencialidad, de haber razones imperiosas para ello, y a reserva del estricto respeto del derecho internacional público y del derecho internacional relativo a los derechos humanos. C. Investigaciones sobre el genoma humano Artículo 10 Ninguna investigación relativa al genoma humano ni ninguna de sus aplicaciones, en particular en las esferas de la biología, la genética y la medicina, podrá prevalecer sobre el respeto de los derechos humanos, de las libertades fundamentales y de la dignidad humana de los individuos o, si procede, de grupos de individuos. Artículo 11 No deben permitirse las prácticas que sean contrarias a la dignidad humana, como la clonación con fines de reproducción de seres humanos. Se invita a los Estados y a las organizaciones internacionales competentes a que cooperen para identificar estas prácticas y a que adopten en el plano nacional o internacional las medidas que corresponda, para asegurarse de que se respetan los principios enunciados en la presente Declaración. Artículo 12 (a) Toda persona debe tener acceso a los progresos de la biología, la genética y la medicina en materia de genoma humano, respetándose su dignidad y derechos. (b) La libertad de investigación, que es necesaria para el progreso del saber, procede de la libertad de pensamiento. Las aplicaciones de la investigación sobre el genoma humano, sobre todo en el campo de la biología, la genética y la medicina, deben orientarse a aliviar el sufrimiento y mejorar la salud del individuo y de toda la humanidad. D. Condiciones de ejercicio de la actividad científica Artículo 13 Las consecuencias éticas y sociales de las investigaciones sobre el genoma humano imponen a los investigadores responsabilidades especiales de rigor, prudencia, probidad intelectual e integridad, tanto en la realización de sus investigaciones como en la presentación y utilización de los resultados de éstas. Los responsables de la formulación de políticas científicas públicas y privadas tienen también responsabilidades especiales al respecto. Artículo 14 Los Estados tomarán las medidas apropiadas para favorecer las condiciones intelectuales y materiales propicias para el libre ejercicio de las actividades de investigación sobre el genoma humano y para tener en cuenta las consecuencias éticas, legales, sociales y económicas de dicha investigación, basándose en los principios establecidos en la presente Declaración. Artículo 15 Los Estados tomarán las medidas apropiadas para fijar el marco del libre ejercicio de las actividades de investigación sobre el genoma humano respetando los principios establecidos en la presente Declaración, a fin de garantizar el respeto de los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad humana y proteger la salud pública. Velarán por que los resultados de esas investigaciones no puedan utilizarse con fines no pacíficos. Artículo 16 Los Estados reconocerán el interés de promover, en los distintos niveles apropiados, la creación de comités de ética independientes, pluridisciplinarios y pluralistas, encargados de apreciar las cuestiones éticas, jurídicas y sociales planteadas por las investigaciones sobre el genoma humano y sus aplicaciones. E. Solidaridad y cooperación internacional Artículo 17 Los Estados deberán respetar y promover la práctica de la solidaridad para con los individuos, familias o poblaciones particularmente expuestos a las enfermedades o discapacidades de índole genética o afectados por éstas. Deberían fomentar, entre otras cosas, las investigaciones encaminadas a identificar, prevenir y tratar las enfermedades genéticas o aquellas en las que interviene la genética, sobre todo las enfermedades raras y las enfermedades endémicas que afectan a una parte considerable de la población mundial. Artículo 18 Los Estados deberán hacer todo lo posible, teniendo debidamente en cuenta los principios establecidos en la presente Declaración, para seguir fomentando la difusión internacional de los conocimientos científicos sobre el genoma humano, la diversidad humana y la investigación genética, y a este respecto favorecerán la cooperación científica y cultural, en particular entre países industrializados y países en desarrollo. Artículo 19 (a) En el marco de la cooperación internacional con los países en desarrollo, los Estados deberán esforzarse por fomentar medidas destinadas a: (i) evaluar los riesgos y ventajas de la investigación sobre el genoma humano y prevenir los abusos; (ii) desarrollar y fortalecer la capacidad de los países en desarrollo para realizar investigaciones sobre biología y genética humanas, tomando en consideración sus problemas específicos; (iii) permitir a los países en desarrollo sacar provecho de los resultados de las investigaciones científicas y tecnológicas a fin de que su utilización en pro del progreso económico y social pueda redundar en beneficio de todos; (iv) fomentar el libre intercambio de conocimientos e información científicos en los campos de la biología, la genética y la medicina. (b) Las organizaciones internacionales competentes deben apoyar y promover las iniciativas que tomen los Estados con los fines enumerados más arriba. F. Fomento de los principios de la Declaración Artículo 20 Los Estados tomarán las medidas adecuadas para fomentar los principios establecidos en la Declaración, a través de la educación y otros medios pertinentes, y en particular, entre otras cosas, la investigación y formación en campos interdisciplinarios y el fomento de la educación en materia de bioética, en todos los niveles, particularmente para los responsables de las políticas científicas. Artículo 21 Los Estados tomarán las medidas adecuadas para fomentar otras formas de investigación, formación y difusión de la información que permitan a la sociedad y a cada uno de sus miembros cobrar mayor conciencia de sus responsabilidades ante las cuestiones fundamentales relacionadas con la defensa de la dignidad humana que puedan plantear la investigación en biología, genética y medicina y las correspondientes aplicaciones. Se deberían comprometer, además, a favorecer al respecto un debate abierto en el plano internacional que garantice la libre expresión de las distintas corrientes de pensamiento socioculturales, religiosas y filosóficas. G. Aplicación de la Declaración Artículo 22 Los Estados intentarán garantizar el respeto de los principios enunciados en la presente Declaración y facilitar su aplicación por cuantas medidas resulten apropiadas. Artículo 23 Los Estados tomarán las medidas adecuadas para fomentar mediante la educación, la formación y la información, el respeto de los principios antes enunciados y favorecer su reconocimiento y su aplicación efectiva. Los Estados deberán fomentar también los intercambios y las redes entre comités de ética independientes, según se establezcan, para favorecer su plena colaboración. Artículo 24 El Comité Internacional de Bioética de la UNESCO contribuirá a difundir los principios enunciados en la presente Declaración y a profundizar el examen de las cuestiones planteadas por su aplicación y por la evolución de las tecnologías en cuestión. Deberá organizar consultas apropiadas con las partes interesadas, como por ejemplo los grupos vulnerables. Presentará, de conformidad con los procedimientos reglamentarios de la UNESCO, recomendaciones a la Conferencia General y prestará asesoramiento en lo referente al seguimiento de la presente Declaración, en particular por lo que se refiere a la identificación de prácticas que pueden ir en contra de la dignidad humana, como las intervenciones en la línea germinal. Artículo 25 Ninguna disposición de la presente Declaración podrá interpretarse como si confiriera a un Estado, un grupo o un individuo, un derecho cualquiera a ejercer una actividad o a realizar un acto que vaya en contra de los derechos humanos y las libertades fundamentales, y en particular los principios establecidos en la presente Declaración. Fuente: http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13177&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html |
lunes, 19 de agosto de 2013
lunes, 24 de junio de 2013
Farmacéuticas extranjeras hacen experimentos con más de 23 mil peruanos
Nueve farmacéuticas extranjeras reclutan voluntarios para probar la seguridad y eficacia de sus nuevos productos antes de presentarlos al mercado. Según los registros de autorizaciones del Instituto Nacional de Salud (INS), 23.207 personas están enroladas actualmente en 300 experimentos que realizan laboratorios internacionales en 137 hospitales, clínicas, consultorios y hasta organizaciones no gubernamentales del Perú. Se trata de una actividad que continúa creciendo en nuestro país.
Este millonario y poco transparente negocio rebasa la capacidad del Estado. Comenzó el 2007 luego de que el entonces ministro de Salud, Carlos Vallejos, flexibilizara los trámites y condiciones para la experimentación médica con personas a través de 35 modificaciones al Reglamento Nacional de Ensayos Clínicos, que había sido aprobado en julio del 2006.
Justamente, Vallejos fue propulsor del cambio que dio lugar a un ‘boom’ de permisos y hoy figura entre los 15 médicos que concentran de 10 a más contratos con laboratorios y entidades privadas para ejecutar experimentos médicos con personas en el país, de acuerdo con los reportes del INS a los que accedió El Comercio, a través de una solicitud de información pública.La información financiera y los pagos por esta actividad se considera confidencial. Pero profesionales que laboran en el campo –y que prefirieron mantener su nombre en reserva- revelaron que por cada persona enrolada para las prácticas, los médicos reciben de 500 a 13 mil dólares, y que los montos aumentan dependiendo de los riesgos del producto en investigación y la complejidad de los procedimientos.
VIOLACIONES A LAS BUENAS PRÁCTICAS
Desde que existe un reglamento para la experimentación con personas en el país, el INS investigó 19 casos por violaciones a las buenas prácticas clínicas que ocasionaron daños serios y muertes de participantes en experimentos. Sin embargo, la norma no contempla una escala de sanciones a los financistas y médicos que violan las buenas prácticas clínicas durante investigaciones y ocasionan daños serios o la muerte de personas.
Un caso es el del cardiólogo Álex Gallegos Cazorla. El INS determinará si ratifica o levanta la sanción en su contra por reclutar a un paciente para el experimento de una farmacéutica, en el hospital Daniel Alcides Carrión del Callao, y abandonarlo cuando su salud sufrió daños irreversibles que lo condujeron a la muerte en el 2011.
Ramón Ríos Astudillo (56) ingresó el 9 de setiembre del 2009 a un estudio para probar la eficacia del anticoagulante Apixiban, del laboratorio Brystol Myers Squibb Perú S.A.C., dirigido a personas con el diagnóstico de síndrome coronario agudo (arterias obstruidas por la coagulación de la sangre). “El doctor Gallegos le dijo a mi esposo que sería una buena alternativa para su enfermedad, pero Ramón sufrió demasiadas complicaciones. Le tuvieron que amputar la pierna izquierda en el 2010 y el médico se desentendió del todo”, narró a El Comercio, Victoria Izarnótegui viuda de Ríos, quien desde hace dos años reclama justicia.
lunes, 17 de junio de 2013
martes, 4 de junio de 2013
RESOLUCIÓN DE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
http://www.corteidh.or.cr/docs/medidas/B_se_01.pdf
El Salvador: embarazada con riesgo de muerte fue sometida a césarea y bebe murió
La bebe de “Betriz”, conocida por polémico caso sobre aborto, no pudo sobrevivir porque carecía de cerebro
San Salvador (Reuters) . Una joven que corría riesgo de morir por un embarazo y a quien durante semanas se le prohibió abortar en El Salvador, fue sometida ayer a una cesárea a la que su bebe no pudo sobrevivir porque carecía de cerebro, informó la ministra de Salud.
La cesárea fue la salida para que evitar que la joven Beatriz -nombre utilizado para proteger su identidad- incumpliera las rígidas leyes antiaborto del país centroamericano en un polémico caso en el que intervino la semana pasada la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
POLÉMICA INTERNACIONAL
La Corte, con sede en Costa Rica, instó la semana pasada al gobierno salvadoreño a proteger la vida de la muchacha de 22 años, quien padece de lupus e insuficiencia renal.
La Corte, con sede en Costa Rica, instó la semana pasada al gobierno salvadoreño a proteger la vida de la muchacha de 22 años, quien padece de lupus e insuficiencia renal.
La intervención de la Corte ocurrió un día después de la Corte Suprema de Justicia del país falló en contra de un recurso de amparo interpuesto por Beatriz, que tenía un embarazo de 27 semanas.
“Lamentablemente falleció (la bebe), y fallece durante la noche, de manera que la sobrevivencia de esta niña fue exactamente de cinco horas”, dijo la ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, al canal de televisión VTV.La bebe, tal como habían diagnosticado los médicos, carecía de cerebro y tenía algunas partes de cerebelo, explicó la funcionaria.
BEATRIZ MUESTRA EVOLUCIÓN FAVORABLE
Rodríguez dijo que Beatriz se encuentra bien atendida y que espera una evolución favorable de su salud en las próximas horas.
“Estamos más tranquilas porque por fin le interrumpieron el embarazo, que ya se sabía qué resultado iba a tener y a ella le afectaba su salud y su vida”, dijo Morena Herrera, del Colectivo Feminista, una agrupación que apoya a Beatriz.
“Por otro lado estamos tristes por el daño que se le ha hecho a ella, porque esta intervención pudo ser mucho más sencilla, con menos riesgo y con menos complicaciones de recuperación para ella, pero la han llevado hasta este extremo”, agregó.
GRUPOS CONSERVADORES, SATISFECHOS
Por su parte, grupos conservadores se mostraron satisfechos porque aseguran que se respetó la vida del feto.
“Como lo dijimos desde un principio, no era necesario un aborto, sino que se respetara la vida del bebe y se le diera el cuidado y el derecho a la salud que tenía Beatriz”, dijo Claudia Handal, portavoz de Red Familia.
Una mujer corre riesgo de muerte por la prohibición del aborto en El Salvador
Beatriz tiene 22 años y está encinta de 20 semanas. Si sigue adelante con el embarazo puede morir. El lupus eritematoso discoide y la insuficiencia renal grave que padece ponen en serio riesgo su vida, según han diagnosticado los médicos que la atienden. Además, el hijo que espera tiene anencefalia —carece de parte del cerebro— y su supervivencia tras el parto es prácticamente nula. Pero Beatriz vive en El Salvador, un país donde el aborto está totalmente prohibido en cualquier circunstancia. Las mujeres que se lo practiquen se enfrentan a penas de hasta 50 años de cárcel, y los médicos que lo realicen hasta 12. Una amenaza tangible que la Fiscalía del Estado ha lanzado ya contra esta joven y cualquiera que la atienda. Beatriz, que ha solicitado amparo ante la Corte Constitucional de su país y la Corte Iberoamericana de Derechos Humanos (CIDH), aguarda ahora a que el Gobierno de El Salvador permita una excepción para que pueda abortar.
Su historia ha desatado la polémica en el país centroamericano, que en la década de los noventa eliminó la opción del aborto terapéutico que entonces recogía su legislación. A voces como la de la ministra de Salud, María Isabel Rodríguez, que ha pedido a la justicia que se otorgue un permiso especial para que se le pueda practicar el aborto a la chica sin que ella o los médicos sean castigados, se contraponen las duras palabras de la Conferencia Episcopal de El Salvador, que ha manifestado que interrumpir un embarazo no está justificado en ningún caso. Los obispos, además, han acusado a las organizaciones de mujeres y de derechos civiles de “usar” la enfermedad de Beatriz para “manipular” al Gobierno y empujarle a despenalizar el aborto en ciertos supuestos.
El caso ha llegado hasta Naciones Unidas. Un grupo de expertos de ese organismo criticó la inacción de las autoridades salvadoreñas y apeló el viernes pasado al Gobierno de Mauricio Funes (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) para que permita la intervención que salvaría la vida de la chica. “Esta situación de incertidumbre ha extendido el sufrimiento de Beatriz, quien tiene pleno conocimiento del estado de salud del feto y el riesgo de muerte que ella misma enfrenta, sometiéndole a vivir una situación cruel, inhumana y degradante”, subrayan. No es el único organismo internacional que la apoya. El lunes, la CIDH concedió a la joven el amparo que había solicitado y exigió a El Salvador que cumpla con el tratamiento recomendado por el comité médico que la atiende: la interrupción del embarazo. Les instó, además, a hacerlo sin dilación.
El Gobierno del país centroamericano, que debe acatar la orden de esta corte internacional, aún no ha movido ficha. Mientras, Beatriz permanece ingresada en un hospital de la capital, explican los abogados de la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto Terapéutico que la representan. La chica, que procede de una familia con pocos recursos de la zona rural de Jiquilisco (al sur) tiene ya un hijo de dos años. Ese primer embarazo también fue de riesgo, aunque menor, y la mantuvo en cuidados intensivos durante 38 días, explica Morena Herrera, portavoz de esa agrupación. "Llevamos 21 días esperando la resolución del Gobierno. La situación de Beatriz es dramática", apunta por teléfono.
La situación de Beatriz es, para los expertos de la ONU, un ejemplo de que El Salvador debería considerar la introducción de excepciones a la prohibición total del aborto. “El derecho internacional en su estado actual no prohíbe el aborto ni lo impone tampoco; cada Estado puede elegir qué tratamiento darle en su legislación interna”, explica Juan Méndez, relator especial de la ONU para la tortura. “Pero el derecho internacional sí prohíbe en forma absoluta el trato cruel, inhumano y degradante, por ello los Estados están obligados a arbitrar medios jurídicos eficaces para evitar someter a las mujeres a situaciones que impliquen trato cruel, inhumano o degradante”, indica.
Beatriz se enfrenta a la muerte o a la cárcel. En El Salvador, 19 mujeres cumplen penas de prisión por abortar, explica la abogada de la organización Women's Link Worldwide Mónica Roa, que ha seguido de cerca el proceso. “Su Código Penal castiga con hasta 14 años de cárcel el delito de aborto, en el caso de las mujeres, pero a la mayoría se las procesa por homicidio agravado, penado con hasta 50 años”, dice.
En El Salvador fallecieron, según los datos que manejan las organizaciones de mujeres y de derechos
civiles al menos 13 mujeres como consecuencia de problemas en el embarazo que se hubieran evitado si se les hubiera permitido abortar. Y no es el único país de América donde se producen situaciones similares. En 2010, una mujer de 27 años enferma de cáncer perdió la vida en Nicaragua porque le negaron la interrupción del embarazo. En 2012, una chica de 16 años con leucemia murió en República Dominica porque las autoridades desautorizaron el tratamiento farmacológico porque ponía en riesgo la vida del hijo que esperaba; que tampoco salio adelante.
A estas historias dramáticas se añade un hecho constatado por la Organización Mundial de la Salud: que las leyes más duras no atajan la tasa de abortos, al revés; y en cambio sí incrementan el número de intervenciones inseguras, incide Marta María Blando, de la organización internacional IPAS, que lucha por evitar las muertes y discapacidades atribuibles a esas prácticas. Blando apunta que la clandestinidad y la falta de transparencia de los Gobiernos hacen difícil tener cifras concretas de este fenómeno, aunque la OMS estima que cada año mueren 40.000 mujeres en todo el mundo debido a abortos inseguros.
“En abstracto es difícil defender un derecho que nadie quiere tener que usar. Ninguna mujer quiere abortar, pero hay una realidad que no podemos negar. Debe garantizarse a las mujeres un mínimo de cobertura para que ninguna muera porque no le hacen un aborto. Y desde esa base los Estados tendrían espacio para decidir qué tipo de legislación quieren”, reclama la abogada Roa. Algunos, como Colombia o Uruguay, ya han dado ese pequeño paso.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/01/actualidad/1367438239_003215.html
La situación de Beatriz es, para los expertos de la ONU, un ejemplo de que El Salvador debería considerar la introducción de excepciones a la prohibición total del aborto. “El derecho internacional en su estado actual no prohíbe el aborto ni lo impone tampoco; cada Estado puede elegir qué tratamiento darle en su legislación interna”, explica Juan Méndez, relator especial de la ONU para la tortura. “Pero el derecho internacional sí prohíbe en forma absoluta el trato cruel, inhumano y degradante, por ello los Estados están obligados a arbitrar medios jurídicos eficaces para evitar someter a las mujeres a situaciones que impliquen trato cruel, inhumano o degradante”, indica.
Beatriz se enfrenta a la muerte o a la cárcel. En El Salvador, 19 mujeres cumplen penas de prisión por abortar, explica la abogada de la organización Women's Link Worldwide Mónica Roa, que ha seguido de cerca el proceso. “Su Código Penal castiga con hasta 14 años de cárcel el delito de aborto, en el caso de las mujeres, pero a la mayoría se las procesa por homicidio agravado, penado con hasta 50 años”, dice.
En El Salvador fallecieron, según los datos que manejan las organizaciones de mujeres y de derechos
civiles al menos 13 mujeres como consecuencia de problemas en el embarazo que se hubieran evitado si se les hubiera permitido abortar. Y no es el único país de América donde se producen situaciones similares. En 2010, una mujer de 27 años enferma de cáncer perdió la vida en Nicaragua porque le negaron la interrupción del embarazo. En 2012, una chica de 16 años con leucemia murió en República Dominica porque las autoridades desautorizaron el tratamiento farmacológico porque ponía en riesgo la vida del hijo que esperaba; que tampoco salio adelante.
A estas historias dramáticas se añade un hecho constatado por la Organización Mundial de la Salud: que las leyes más duras no atajan la tasa de abortos, al revés; y en cambio sí incrementan el número de intervenciones inseguras, incide Marta María Blando, de la organización internacional IPAS, que lucha por evitar las muertes y discapacidades atribuibles a esas prácticas. Blando apunta que la clandestinidad y la falta de transparencia de los Gobiernos hacen difícil tener cifras concretas de este fenómeno, aunque la OMS estima que cada año mueren 40.000 mujeres en todo el mundo debido a abortos inseguros.
“En abstracto es difícil defender un derecho que nadie quiere tener que usar. Ninguna mujer quiere abortar, pero hay una realidad que no podemos negar. Debe garantizarse a las mujeres un mínimo de cobertura para que ninguna muera porque no le hacen un aborto. Y desde esa base los Estados tendrían espacio para decidir qué tipo de legislación quieren”, reclama la abogada Roa. Algunos, como Colombia o Uruguay, ya han dado ese pequeño paso.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/05/01/actualidad/1367438239_003215.html
jueves, 30 de mayo de 2013
Inflación ética. Se usa la moral como coartada, para tapar huecos y remediar todo tipo de males
Se usa la moral como coartada, para tapar huecos y remediar todo tipo de males
FERNANDO SAVATER (Escritor)
De antaño sabemos que una de las causas más frecuentes de muerte para corrientes ideológicas o movimientos políticos es el éxito. Tal es el caso de la ética, que a fuerza de tanto triunfo actual está ya en la UVI y con respiración asistida. La ética parece ser la bella desconocida que a todos conquistaría si llegase a tiempo al baile, la coraza que resguarda a cuantos avanzan justicieros contra el dragón de la realidad, la pócima de Fierabrás que todo lo cura pero que se dispensa, ay, en redomas demasiado pequeñas. Porque precisamente en eso consiste el encanto de dar mandobles éticos, un arma que siempre es crítica y casi nunca autocrítica. Entre varias más académicas, la única definición consagrada por el uso y la convicción de todos dice así: ética es lo que les falta a los demás. ¿Cómo resistirse a su encanto?
La ética sirve hoy para tapar todos los huecos, administrativos o teóricos. Por ejemplo, en el proyecto de reforma educativa promovida por el ministro Wert, se la utiliza con el nombre de “valores éticos” como alternativa y coartada para justificar la inclusión del catecismo como asignatura puntuable de primera magnitud. Algo así como obligar a quien no cree en los horóscopos a dedicarse a los crucigramas... Pero también tropezamos con el fulgor de la ética como remedio de los males de la economía o la política. En este caso, es más bien como si se recomendase apagar los incendios forestales con un hisopo de agua bendita. Parece darse por hecho que todos los valores, por serlo, tienen que pertenecer a la moral, mientras que el resto de las interacciones humanas se mueven por intereses y estos sirven solo para enfrentar a los humanos, nunca para unirlos. O sea que la ética baja del cielo y todo lo demás bulle desde el cieno: mal asunto, porque el lado de los ángeles es el que queda bien, pero después siempre gana el barro.
No hay nada peor para los valores que convertirlos todos en moneda ética. ¿Acaso solo pueden ser principios morales los que aconsejen acabar con los paraísos fiscales, como si no hubiese razones económicas para obstaculizar los fraudes y la evasión de impuestos? ¿No pueden encontrarse en la economía misma intereses sociales que desaconsejen la tolerancia con los depredadores? ¿No hay en la política razones para tener por bueno a quien busca según sus luces el acuerdo con otros y el bien común, no su mero lucro privado? ¿Se remediarán nuestros males exigiendo a los políticos comportamientos morales y no rectitud política? En Euskadi, con un terrorismo puesto casi fuera de combate por quienes se enfrentaron sin eufemismos ni atajos ilegales con él, buscan ahora por medio de una ponencia de paz parlamentaria un “suelo ético” sobre el que convivir, como si la Constitución y el Estatuto que hemos defendido con tanto esfuerzo contra ETA y servicios auxiliares no brindasen valores suficientes para organizar una comunidad democrática que no excluye a quienes una vez lucharon contra ella aunque sin ceder ante los que siguen tratando de subvertirla por otros medios.
Pero es que además la ética, en cuanto reflexión que busca la excelencia personal (puesto que cada cual solo se conoce a sí mismo como sujeto de la intención, buena o mala), puede entrar en ocasiones en conflicto con las exigencias públicas de ciertos roles sociales. Si por ejemplo un multimillonario (pongan ustedes el nombre que prefieran en la línea de puntos) siente un retortijón íntimo de conciencia y decide repartir toda su fortuna entre los más necesitados, es muy probable que encuentre argumentos morales para justificarse. Pero si ese mismo escrúpulo aqueja al ministro de Economía de un país respecto al erario público, lo mejor que puede hacer es renunciar a su cargo para no seguir un impulso que va contra otros valores prudenciales tan perfectamente respetables como los éticos que conmueven su corazón. Porque no solo se nos puede exigir una moral de principios, sino también otros principios derivados de la responsabilidad, como señaló en su día Max Weber. A quien quiera aprender en vivo la diferencia entre ambas cosas le recomiendo Lincoln, de Spielberg, que cuenta cómo el hombre más puro de Estados Unidos revocó la historia para la libertad por medio de la corrupción.
En una sociedad abierta y pluralista, por tanto laica y no sometida a rigideces teocráticas, las leyes no deben pretender zanjar las divergencias morales de los ciudadanos, sino crear un ámbito en el que puedan convivir todas sin humillación de nadie. O sea, lo contrario de lo que ocurrió cuando el Parlamento catalán prohibió las corridas de toros, convirtiendo en obligatoria la opción moral de una parte de la ciudadanía contra la de los demás. Algunos que en su día apoyaron esa ley han descubierto ahora, con motivo de la posible modificación de la ley sobre la interrupción del embarazo, las virtudes de respetar la decisión personal y no imponer una ética única a toda la población. Bienvenidos a la tolerancia… o al menos a la cordura legal. En el tema del aborto, las perplejidades éticas son inevitables y deberían ser celebradas como una muestra del desarrollo de la conciencia que aquilata los valores vitales, no como un atraso. Solo un idiota moral —que los hay— afronta esa situación con la misma despreocupación que quien se extirpa un lobanillo. Pero ninguna legislación puede zanjar tales escrúpulos: si es discreta, se conformará con impedir que se vean agravados por persecuciones penales y una clandestinidad anti-higiénica.
El supuesto de aborto lícito en el caso de una malformación grave del feto presenta precisamente el ejemplo de un auténtico dilema moral contemporáneo. Antes no hubiera existido, porque no teníamos la tecnología adecuada para detectar tales casos: la cuestión la resolvía en ciertas culturas tras el nacimiento el infanticidio (que no es lo mismo que un “feticidio”) o la resignación ante lo que nos manda la naturaleza o Dios. La ética no cambia radicalmente con los tiempos, pero como trata de la valoración de nuestras acciones evoluciona según se amplían las capacidades humanas. Hoy podemos decidir con información suficiente antes del nacimiento, en las primeras etapas del embarazo, y el verdadero problema moral ahora no es si se tiene derecho a abortar en caso de graves malformaciones sino si, conociéndolas, se tiene derecho a dar a luz. La norma legal debe señalar el marco razonable de ese íntimo debate, sin aspirar a tener nunca la última palabra.
En cuanto reflexión sobre nuestros fines vitales, la ética puede considerarse el telón de fondo de acciones e instituciones. Se ocupa de cómo lo humano debe reconocer y tratar diferenciadamente a lo humano, o sea que siempre es “especieísta” —contra lo que creen animalistas varios— pero naturalmente racional, contra lo que piden los teólogos. Aunque desde luego no agota todos los campos de valoración ni reduce los retos de nuestra interacción a una simplicidad binaria o maniquea.
http://elpais.com/elpais/2013/05/27/opinion/1369653130_725285.html
jueves, 16 de mayo de 2013
Obtenidas mediante clonación células madre embrionarias de personas
Un grupo de científicos estadounidenses ha conseguido por primera vez células madre embrionarias con el mismo ADN (clonadas) de un adulto. El trabajo es el primer éxito en humanos de la técnica que dio origen, por ejemplo, a la oveja Dolly, pero los autores insisten en que no se trata de obtener personas clonadas, sino en llegar a la fase de blastocisto del embrión (alrededor de los cinco o seis días de desarrollo) para extraer las células madre. Teóricamente, estas podrían luego diferenciarse en tejidos que el paciente necesitara para un autotrasplante, que, como tendrían el mismo material genético que el receptor, podría usarse sin riesgo de rechazo. El ensayo, dirigido por Shoukhrat Mitalipov, de la prestigiosa OHSU (Oregon Health & Science University ), se publica en Cell.
La técnica utilizada es la de transferencia nuclear:: se toma un óvulo de una donante, se le extrae el núcleo y se le inserta una célula adulta —también se ha ensayado con otras fetales, más adaptables— del posible receptor. Luego, el óvulo se activa, y empieza a dividirse en los primeros pasos del desarrollo embrionario. Al llegar a la fase de blastocisto (una especie de pelota de células), se destruye y se obtienen las células madre. Esto sucede porque al cambiar el material genético el óvulo deja de tener una sola cadena de ADN para tener dos, lo normal en las células. Esta es la situación que se da en la naturaleza cuando hay una fecundación (el padre aporta una copia del material genético y la madre otra), salvo que estas células tendrían las dos copias de un mismo individuo: son, por eso, una clonación.
El método ya se había ensayado con éxito en distintos animales —ovejas, cabras, vacas, perros, gatos, ratones, cerdos y macacos—, pero nunca había funcionado en personas. Fue el fraude que anunció para apuntarse el éxito el coreano Hwang Woo-suk en 2004, por ejemplo. Por eso, Anna Veiga, directora del banco de líneas celulares del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona (CMRB), valora especialmente que se ha conseguido mejorar la técnica para que funcione en humanos.
Pero esta mejoría, con todo su impacto, no oculta que se acerca, al menos un paso, a un tema tabú (en España, por ejemplo, está expresamente prohibido por la ley de reproducción humana asistida): la clonación humana. Visto hasta aquí, el artículo es muy importante, y tanto a Veiga como a Jorge Cuadros, miembro de la junta directiva de la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (Asebir), les gustaría que el interés por el trabajo se quedara aquí. “Ya es bastante importante”, dice Cuadros. “Lo que nos interesa a los científicos serios es esta parte, su utilidad para la medicina regenerativa”. Pero ambos son conscientes, como también lo son los autores del artículo, de que se ha dado, al menos en teoría, un paso hacia la clonación humana. El propio Mitalipov lo alude —y lo intenta conjugar— en el resumen que ha hecho en una nota de prensa: “Nuestra investigación está directamente dirigida a conseguir células madre para usarlas en el futuro para combatir enfermedades. Aunque los avances en la técnica de transferencia nuclear conducen a menudo a la discusión pública sobre los aspectos éticos de la clonación humana, ese no es nuestro objetivo. Y tampoco creemos que nuestros hallazgos puedan ser utilizados por otros para avanzar en esa dirección”, ha dicho.
Cuadros, está en la misma línea de descartar ese siguiente paso, que un embrión así producido se implante en el útero de una mujer y llegue a desarrollarse. “Hay que pensar que la técnica que ha usado Mitalipov es la misma que había utilizado en primates no humanos en 2007, cuando consiguió, en un trabajo importantísimo, crear dos líneas celulares [cultivos de células madre que se perpetúan en laboratorio]”, explica. “Han pasado ni más ni menos que seis años hasta que lo ha conseguido repetir en humanos. Y, en ese tiempo, ha intentado clonar los macacos sin conseguirlo”, dice el biólogo. “Lo más que ha conseguido, aunque no lo ha publicado, es, tras implantar 67 embriones a 10 hembras, un embarazo, que acabó en aborto”, cuenta.
El especialista en reproducción cree, por tanto, que pensar en la clonación humana “sigue siendo una barbaridad y ciencia ficción”. “La transferencia nuclear es una técnica insegura e ineficaz. La hemos probado en animales, con tasas de éxito del 1%. Eso quiere decir que en el otro 99% ha habido abortos o crías que han muerto nada más nacer, y muchos de los pocos animales que se han conseguido tienen malformaciones o enfermedades graves. Que eso pase en animales nos da pena, pero en humanos sería inaceptable”, dice Cuadros. “En lo que va a ser útil es en la medicina regenerativa”, insiste.
Solo tras insistirle, el especialista admite que se ha dado “un paso” hacia la clonación reproductiva (usar la técnica para conseguir niños con el mismo ADN que un adulto concreto, y, por lo tanto, lo más parecidos, al menos físicamente, que se puede ser). “Pero es solo eso, un paso, y faltarían muchos por cubrir”.
El motivo está en que, hasta ahora, la técnica no es demasiado eficaz. “Que se haya llegado a la fase de blastocisto no implica que ese embrión vaya a seguir desarrollándose si se implanta en un útero de una mujer o que lo haga sin abortar o sin anomalías. Hay reparos éticos y técnicos para ello. Los primeros no han cambiado, y los segundos todavía pesan aún más”.
Yendo aún más allá, Cuadros no cree que “científicos serios” quieran nunca dar ese paso. “Cuando se clonó a la oveja Dolly, hace 15 años, yo enseñaba en la universidad que eso no era posible, que era demasiado complejo, y tuve que cambiar. Llevamos desde entonces hablando de clonar personas, pero hay una pregunta que me hice entonces y que nadie me ha contestado: ¿para qué hacerlo? Los científicos serios ni se lo plantean, porque es algo que no tiene ninguna utilidad. Si alguien quiere tener un hijo y no puede, hay otros métodos mucho más sencillos y con menos riesgos. Por eso lo importante de este trabajo, que ya he dicho que es un hito, es lo que ha conseguido”.
La complicación de usar la técnica de Dolly en personas ha sido hasta ahora insalvable, y por eso el estudio tiene el mérito de que la vence. Las mejoras abarcan casi todo el proceso, empezando por el proceso de estimulación para que la donante produzca más óvulos. “Cuestiona los protocolos actuales”, dice Veiga. En contra de lo que se pensaba, por ejemplo, el objetivo no es que haya muchos óvulos para utilizar, sino su calidad. En animales esta parte no se cuida tanto, ya que perder óvulos por el camino no es tan importante, pero los investigadores han llegado, en algunos casos, a tener éxitos del 50% (conseguir dos óvulos de una donante y que uno de ellos funcione y se desarrolle).
Pero la clave, según los autores, está en su capacidad para elegir el momento de insertar el nuevo material genético en el óvulo sin que este pierda su capacidad para dividirse. La división celular se denomina meiosis, y los investigadores han descubierto cuál de sus fases es la mejor y, sobre todo, cómo mantener la activación de los factores del citoplasma (el contenido interior de la célula) que están actuando en la división. Hay más mejoras, indica Veiga, como que la activación posterior se refuerza mediante electroporación (una pequeña descarga). Todo esto había sido ya probado en macacos rhesus.
El artículo —“impecable”, según Veiga— llega hasta el final del proceso: la obtención de cuatro líneas celulares diferenciadas, lo que demuestra que se consiguieron células madre. En este sentido, el de la medicina regenerativa, “el trabajo es un hito”, afirma Cuadros.
La investigadora catalana recalca que las células así obtenidas, al ser completamente equiparables a las embrionarias, evitan algunos de los problemas que se han visto en la otra fuente de células madre, las reprogramadas a partir de las adultas (las iPS, que en algunos trabajos han demostrado que mantenían algunas mutaciones adquiridas por las adultas que son su fuente, lo que podía ser peligroso). Por eso ella insiste en que el trabajo tendrá gran importancia a la hora de crear bancos para su uso futuro, similares a los que hay ahora de cordón umbilical. Porque, aunque los autores lo mencionen, la idea de hacer una medicina personalizada en la que cuando un paciente necesite tejido cardiaco o neuronas, por ejemplo, se le someta a todo el proceso para fabricar unas genéticamente idénticas a él, no le parece “contemplable”. “Aunque sea posible sería carísimo. Lo que se pueden tener son bancos con variedad de muestras que sean compatibles”, añade.
El logro es indudable, pero quizá quede oscurecido por la posibilidad de la clonación, mucho menos práctica pero más llamativa.
http://elpais.com/elpais/2013/05/15/media/1368643090_398193.html
miércoles, 15 de mayo de 2013
La hamburguesa de laboratorio cuya creación costó US$325.000
La carne fue producida “in vitro” y está compuesta por tejidos de músculo hechos crecer a partir de una célula de vaca
Un grupo de científicos de la Universidad de Mastricht creó la primera hamburguesa “in vitro”, cuyo desarrollo costó nada más y nada menos que US$325.000 y demandó años de investigación.
La carne de esta singular comida está compuesta por 20.000 tiras delgadas de tejidos de músculo hecho crecer en el laboratorio a partir de una célula ubicada en el cuello de la vaca, según reporta el diario "The New York Times".
Por el momento, el elevado precio de esta hamburguesa la mantiene fuera del mercado, según acepta su principal desarrollador, el Dr. Mark Post.
“Si se puede hacer de forma más eficiente no hay razón por la que no pueda ser más barato. Debe hacerse con los materiales correctos, introduciendo reciclaje en el sistema, controlando el trabajo a través de la automatización”, indicó Post en conversación con "The New York Times".
Obtienen por primera vez células madre embrionarias humanas mediante clonación
Se empleó la misma técnica que dio origen a la oveja Dolly. Científicos negaron que se pretenda clonar personas.
Tras 15 años de fracasos de los científicos en todo el mundo y un fraude descarado, un grupo de biólogos finalmente creó células madre humanas con la misma técnica que dio origen a la oveja Dolly, clonada en 1996.
¿Cómo lo hicieron? trasplantaron material genético de una célula adulta en un óvulo cuyo propio ADN fue removido, informó Reuters. La técnica se denomina transferencia nuclear.
El resultado es una cosecha de células madre embrionarias humanas, células aparentemente mágicas pues son capaces de transformarse en cualquiera de los más de 200 tipos que componen a una persona.
La hazaña científica fue anunciada este miércoles en la revista Cell y confirmada después por la estadounidense Universidad de Ciencia y Salud de Oregon y el Centro de Investigación Nacional de Primates de Oregon, responsables de la proeza.
Hasta ahora, la mayoría de las fuentes naturales de las células madre humanas han sido embriones humanos, cuyo uso en investigaciones plantea dilemas éticos. La técnica anunciada este miércoles usa óvulos humanos no fertilizados.Eliminando la necesidad de utilizar embriones humanos, se podría impulsar los intentos de utilizar las células madre y su progenie para reemplazar células dañadas o destruidas para tratar enfermedades del corazón, el Parkinson, la esclerosis múltiple, lesiones de la médula espinal y otras condiciones devastadoras.
¿CLONACIÓN HUMANA?
Sin embargo, el logro también podría reavivar los temores de la clonación reproductiva, o producir copias genéticas de la vida (o muerte) individuos. Aunque el científico Shoukhrat Mitalipov, director de la investigación rechazó dichos propósito
“Nuestra investigación está directamente dirigida a conseguir células madre para usarlas en el futuro para combatir enfermedades. Aunque los avances en la técnica de transferencia nuclear conducen a menudo a la discusión pública sobre los aspectos éticos de la clonación humana, ese no es nuestro objetivo. Y tampoco creemos que nuestros hallazgos puedan ser utilizados por otros para avanzar en esa dirección”, afirmó en declaraciones recogidas por El País de España.
PRIMERAS REACCIONES
La comunidad científica ya se ha manifestado sobre este anunció y destacó el importante logro. El biólogo George Daley del Harvard Stem Cell Institute consideró que “esto representa un logro sin precedentes. (los científicos de Oregon) tuvieron éxito donde muchos otros grupos fracasaron, entre ellos el mío.”
El fracaso de más alto perfil fue el del biólogo Hwang Woo-suk, de la Universidad Nacional de Seúl, en Corea del Sur. El 2005 él y su equipo acapararon los titulares en todo el mundo cuando anunciaron, en la revista Science, que habían creado células madre embrionarias humanos por transferencia nuclear, la misma técnica que los científicos de Oregon utilizaron. La afirmación de Hwang resultó ser una mentira, por lo que es uno de los casos más notorios de fraude científico en la última década.
martes, 14 de mayo de 2013
Monsanto gana juicio por patente contra un granjero en EE.UU.
La Corte Suprema de EE.UU. ratificó un falló a favor de la multinacional, que obtuvo una compensación de casi 85 mil dólares por su patente sobre la soya transgénica
Washington (EFE/AP). El Tribunal Supremo de Estados Unidos dictó hoy por unanimidad que los agricultores no pueden usar soya alterada genéticamente de la multinacional agrícola Monsanto para obtener nuevas semillas, dando así la razón al gigante estadounidense.
El caso se remonta al 2007, cuando la productora de transgénicos demandó a un granjero de Indiana al considerar que éste había violado su patente sobre las semillas de soya alteradas para resistir al herbicida Roundup, que la misma compañía fabrica.
Los compradores de semillas de soya de Monsanto deben firmar un contrato por el que se comprometen a no guardar las semillas que resulten de la cosecha, por lo que cada año están obligados a volver a comprarlas a la empresa.
VIOLACIÓN DE LA PATENTE
Sin embargo, el granjero Vernon Hugh Bowman, de 75 años, decidió a principios de la década de 2000, adquirir soya de otro proveedor normalmente destinada a alimentar al ganado o reservada para usos industriales.
Con la esperanza de que esa soya sea un producto de Monsanto, dada su elevada presencia en el mercado, Bowman la plantó y la roció con herbicidas, logrando la supervivencia de la mayoría de las plantas, de las que extrajo semillas para los años siguientes.
En 2007, la empresa lo demandó y obtuvo una compensación de 84.456 dólares, aunque el granjero recurrió hasta llegar a la corte suprema de EE.UU., que hoy ha ratificado la decisión de acuerdo a la ley de patentes.
Más de 90% de las granjas estadounidenses de soya usan semillas de Monsanto, que llegaron inicialmente al mercado en 1996.http://elcomercio.pe/actualidad/1576054/noticia-monsanto-gana-juicio-patente-contra-granjero-eeuu
lunes, 13 de mayo de 2013
Hola:
Luego de conversar de este caso en clase, surgen algunas interrogantes:
¿Consideran que el tema de la eutanasia merece atención por parte del derecho? No olvidemos que Ramón Sampedro recurrió al Poder Judicial para pedir que se le permita morir y no se amparó su petición.
Desde un punto de vista ético, ¿qué respuesta le daría al caso?
Saludos,
Clara Mosquera
jueves, 25 de abril de 2013
La vida ‘cumple’ 60 años
La doble hélice de ADN descubierta por Watson y Crick en 1953 ha transformado radicalmente la investigación biomédica y ha impulsado la medicina personalizada
“Nunca he visto a Francis Crick comportarse con modestia”. Esa fue la frase con que la pareja científica de Crick, James Watson, decidió arrancar La doble hélice, uno de los libros científicos más notables del siglo XX, y seguramente la obra de divulgación más rompedora de la —no muy larga— historia de la ciencia. La modestia, por cierto, tampoco ha sido nunca el fuerte de Watson, pero ¿quién puede ser humilde tras haber descubierto a los 25 años el secreto de la vida?
La doble hélice no es solo uno de los iconos más populares de la ciencia del siglo XX —quizá solo comparable a la ecuación de Einstein E=mc2—, sino que también ha ejercido sobre generaciones de biólogos un magnetismo que no da signos de caducar aun hoy, cuando se cumplen exactamente 60 años de la publicación del descubrimiento en Nature.
En ese periodo, el descubrimiento de Watson y Crick ha transformado radicalmente la investigación biomédica y la biología en su conjunto. Hasta el minuto anterior a la publicación de ese paper, la genética era una disciplina tan compleja y farragosa que ni el mejor especialista del mundo habría podido presumir de dominarla. Hoy se le puede enseñar a un niño en cinco minutos.
El proyecto genoma humano y todo el resto de la genómica son la consecuencia directa de aquel artículo que cambió por entero nuestra percepción de la vida en la Tierra y de nosotros mismos. Continentes previamente inexplorados de aplicaciones tecnológicas, desde la producción industrial de insulina y hormona del crecimiento hasta las modernas estrategias de búsqueda de nuevos fármacos antitumorales pasando por el diagnóstico personalizado del cáncer, arrancan de aquella publicación engañosamente tímida. No habrá muchos trozos de papel que hayan transformado el mundo de manera tan radical.
Las técnicas de análisis del ADN, y en particular el vertiginoso desarrollo y abaratamiento de los métodos de secuenciación (o lectura de los genes) han abierto también avenidas enteramente nuevas en disciplinas como la paleontología, que ha conocido en años recientes logros tan espectaculares como la reconstrucción del genoma del mamut, una especie extinta hace unos 10.000 años en las estepas siberianas, y del hombre de Neandertal, que desapareció en Europa hace 30.000 años; también la antropología o la medicina legal; y en el campo de la evolución, con verdaderos aludes de información genómica que están permitiendo a los científicos reconstruir el pasado del planeta y la deslumbrante historia del origen de la humanidad.
¿Qué ocurrió, entonces, hace 60 años?
A diferencia del irreverente, chispeante y procaz libro divulgativo de Watson, que es de 1968, el paper original del 25 de abril de 1953 constituye seguramente uno de los pináculos de la parquedad científica, incluso en comparación con otras obras de ese género gris y fatigoso, empezando a contar por su poco inspirador titular: “Una estructura para el ácido desoxirribonucleico”. Ni siquiera “La estructura del ácido desoxirribonucleico”. Tan solo una, una estructura, como quien dice una ocurrencia entre tantas otras posibles, como quien da a conocer con desgana una anécdota.
El ácido desoxirribonucleico, por cierto, es el ADN, el material del que están hechos nuestros genes. Las siglas no se llevaban mucho en la época, o no desde luego tanto como ahora. Tampoco es que desarrollar las siglas sea una gran ayuda en este caso, como puede verse.
Los historiadores de la ciencia se lo han pasado en grande con este paper, y por buenas razones. Por ejemplo, es escandalosamente breve: solo ocupa una página de aquel número 4.356 de la revista Nature, referencias bibliográficas incluidas (solo hay seis). Su única ilustración es de factura casera, literalmente: la dibujó a mano Odile Crick, la mujer de Francis, tras una somera descripción que le impartió este último en la salita de su casa de Cambridge.
Ese sencillo boceto de Odile, sin embargo, capta a la perfección los detalles estructurales esenciales de la doble hélice recién descubierta por Watson y Crick y en particular algunos de ellos que, aun hoy, se representan a menudo erróneamente en las ilustraciones populares y museísticas del ADN. Odile lo hizo mejor hace 60 años, como veremos enseguida.
Hélice no es más que el nombre matemático de un muelle, y la doble hélice consiste en dos muelles imbricados entre sí. Pero las dos cadenas no son paralelas, sino antiparalelas: si fueran dos serpientes, la cabeza de una pegaría con la cola de la otra. Sin la percepción de este hecho fundamental por Francis Crick, él y Watson no habrían llegado jamás a la forma correcta. Crick siempre consideró esta su gran contribución a la resolución de la estructura del ADN, y no es extraño que el dibujo de Odile deje bien claro este hecho con dos simples flechitas trazadas a mano.
Un hecho aún menos conocido es el resultado experimental en el que se basó esta capital intuición de Crick, que había sido obtenido poco antes por una tercera científica en discordia, la cristalógrafa de Londres Rosalind Franklin. El dato llegó a oídos de los dos científicos de Cambridge por un camino algo tortuoso, o al menos poco convencional: a través de las notas que Franklin había escrito para la memoria de su propia institución, el King’s College de Londres, que les fue facilitada a Watson y Crick por el jefe de Franklin, Maurice Wilkins.
También es verdad que ni Wilkins ni la propia Franklin habían otorgado la menor importancia a ese resultado; el dato de oro estaba sepultado entre varios estratos de jerga cristalográfica perfectamente inocua, y decía simplemente así: “grupo de simetría C1”. Hizo falta el genio de Crick para saltar de ahí a la percepción crucial de que el ADN estaba hecho de dos hélices antiparalelas. Solo así la doble hélice puede presentar esa simetría; en nuestro ejemplo de las dos serpientes, significa que da lo mismo mirarlas desde la cabeza de una (pegada a la cola de la otra) que desde la cola de la una (pegada a la cabeza de la otra).
Este episodio poco conocido se puede ver, junto con el resto de los acontecimientos que condujeron al mayor descubrimiento de la historia de la biología, en la dramatización Life Story, producida por la BBC en 1987. El aniversario de la publicación en Nature de la doble hélice podría ser una buena ocasión para estrenarlo en España 26 años después, aunque solo sea porque sale Jeff Goldblum haciendo de Watson, y una maravillosa Juliet Stevenson en el papel de Rosalind Franklin.
Lo más importante de la doble hélice, con todo, es lo que mantiene unida a una hélice con la otra, y esta fue la aportación crucial de Watson a toda esta historia. Ahí, en el exiguo espacio que los dos muelles antiparalelos dejan entre sí, es donde se apiñan todas esas letras (ctaccgata…) que ahora, con las noticias sobre los genomas apareciendo un día sí y otro no en la prensa mundial, se nos han hecho tan familiares como el alfabeto.
El nombre técnico de esas letras es bases, o nucleótidos, y son unas moléculas orgánicas muy simples que, en el ADN, solo vienen en cuatro sabores: adenina, guanina, timina y citosina, o A, G, T, C para abreviar. En la mañana de un sábado de febrero de 1953, Watson estaba jugando con las versiones en cartulina de esas cuatro fórmulas químicas cuando, de repente, se dio cuenta de que, en el interior de la doble hélice, la A solo podía aparearse con la T, y la G solo con la C.
Watson y Crick repararon de inmediato en que esas simples reglas de apareamiento —dictadas por la mera estructura química de las bases— bastaban para explicar de un plumazo la propiedad esencial de cualquier sistema vivo: su capacidad para sacar copias de sí mismo. Si la doble hélice se separa en sus dos hélices componentes, cada una puede reconstruir a la otra gracias a las reglas de apareamiento. La idea resultó enteramente correcta, y sobrevino la revolución.
La Academia sueca no estuvo especialmente rápida a la hora de reconocer el hallazgo, y el tiempo fue especialmente cruel con Rosalind Franklin, que murió de cáncer cuatro años antes de que su jefe, Maurice Wilkins, compartiera el premio Nobel de Medicina con Watson y Crick por el hallazgo del siglo al que tanto había contribuido.
Las cartas del Nobel
J.S.
Aunque la historia del descubrimiento de la doble hélice ha sido examinada exhaustivamente por los biógrafos de los protagonistas y otros historiadores de la ciencia, todavía siguen apareciendo de vez en cuando algunos documentos que iluminan ciertos ángulos del drama. La propia revista Nature presenta hoy unas cartas que hacen referencia a los prolegómenos de la concesión del Nobel de Medicina de 1962.
Una de ellas es de Jacques Monod y ha aparecido en los archivos del Instituto Pasteur de París, donde trabajaba el Nobel francés en los años cincuenta y sesenta. Monod se dirige al comité Nobel para nominar a James Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins para el premio Nobel de Química de 1962. El comité le hizo caso solo a medias, pero en vez de ese les dieron el de Medicina y Fisiología, aparentemente para subrayar ya entonces las previsibles, y enormes, implicaciones que la estructura de la doble hélice iba a tener para la biología humana y la biomedicina.
El análisis de otra carta —esta vez de Crick a Monod y datada en 1961— demuestra que Watson y Crick fueron nominados por primera vez al Nobel en 1960, dos años después de la muerte de Rosalind Franklin. De no ser por aquella tragedia, la Academia tendría que haber elegido entre premiar a Franklin o a su jefe, Wilkins, como finalmente hizo.
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