lunes, 17 de junio de 2013

Caso Práctico: Kari y Grethe



5 comentarios:

  1. En el caso conversado en clase, podemos atender a un conflicto de derechos como son a la vida y a la dignidad humana, así como entran en conflicto diversos principios tales como el de autonomía y el de beneficencia, el de principio terapéutico con el principio de voluntariado indirecto así como el principio de libertad y responsabilidad con el de solidaridad.

    Sea como fuere, en el caso particular, estaba en riesgo la vida de una madre de tres hijos, cuya perdida causaría implicancias negativas en el desarrollo integral de los niños al quedarse privados de su madre. Por otro lado tenemos a Kari, hermana de Grethe, quien padece de retraso mental, la intervención que se trata de realizar en su persona no comprometería su salud, es más, ayudaría a Grethe a poder tener una esperanza de vivir y mejorar su salud. Tenemos pues el derecho a la vida y a la salud por una parte, enfrentados a la autonomía y autodeterminación del paciente de poder informarse y dar su aceptación ante cualquier intervención quirúrgica en su persona por otra, si tomamos en cuenta que Kari no estaba en condición de poder expresar su propia voluntad y sus decisiones, aquí es fundamental el papel que jugó la madre de Kari y los médicos en poder concordar y decidir actuar adecuadamente.

    Tal vez se piense que se ha vulnerado la autonomía de Kari como paciente y no se haya respetado su integridad como persona, sin embargo en el caso particular era la única opción que tenían para procurarle la vida a Grethe, más aún que nunca existió una real puesta en peligro de la salud de Kari. Al sopesar los derechos del caso particular, se debió optar por la preponderancia a la vida humana de una madre de tres hijos en desmedro de la autonomía y autodeterminación de Kari, pero es de seguro que si Kari hubiera podido manifestar su voluntad y entendido la situación cabalmente, hubiera también elegido el poder salvar una vida humana, base de toda sociedad, puesto que es condición primordial la vida humana y su respeto para poder disfrutar de los demás derechos inherentes a ella.

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  2. Marco Andrei Torres Maldonado20 de junio de 2013, 22:11

    Los descubrimientos y adelantos tecnológicos ha propinado enormes beneficios, sin embargo, también nos plantea serios dilemas morales, un paradigma de estas cuestiones éticas es el caso en análisis. Por un lado, Kari, hija mayor quien tiene retardo mental severo y al otro, Grethel, su hermana, quien por leucemia necesita un trasplante urgente de médula ósea, además de poseer tres menores.

    El rol de los médicos en el presente caso es importantísimo, como sabemos, la relación médico-paciente en sus orígenes, se caracterizaba por un cierto "paternalismo". Desde los comienzos de la medicina occidental, el criterio a seguir por el médico en la tarea de curar al paciente, fue la beneficencia. El paternalismo se observaba en esta época en el sentido de que el paciente era considerado como un enfermo que debía ser curado por el médico, aun en contra de su voluntad. Por lo tanto, supone que el paciente es incapaz de tomar ningún tipo de decisión acerca de sus tratamientos. Contrario a ello, ahora el médico es quien proporciona la información, mientras que el paciente es quien toma las decisiones que cree apropiadas en cuanto a la elección de un determinado tratamiento, así como también con el consentimiento acerca de determinadas propuestas hechas por el profesional. La relación médico-paciente es el reflejo de la vinculación que existe entre la medicina y la sociedad. Por lo tanto, al haber cambiado esta relación, se produjo un cambio en la medicina como tal. Esto es importante pues en el caso, el rol de ambos médicos resulta trascendente.

    En mi opinión, si es que desarrollaríamos el test de proporcionalidad, en el presente caso debería ceder la vida de Kari, en interés de Grethel y las condiciones de sus menores, sin embargo, esto no nos debe llevar a legitimar otro problema ético, como es el hecho de tener hijos para salvar la vida de otro. En 2001, se dio el primer caso de uso de diagnóstico genético preimplantatorio para salvar a otro chico. Se trató del caso Nash y fue patético: cuando nació el bebé, se le extrajeron las células madre del cordón umbilical y las trasplantaron a la médula de la hija enferma. Definitivamente, ser humano no puede vivir sin límites ni reglas. Su libertad no puede desarrollarse en un vacío moral ni en la indiferencia jurídica pues eso le permitiría cualquier conducta por más absurda e inconsistente sea ésta con su propio anhelo de auto realización.

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  3. Roberto Carlos Calsin Meza21 de junio de 2013, 1:21

    En el caso de Kari y Grethe se ponen en juego principios bioéticos como el de autonomía, el de beneficencia y el de no maleficencia, además de valores como la vida y la dignidad de la persona, todos ellos importantes para optar por la mejor solución al caso.

    Considero que lo que se debió hacer era una ponderación entre cuanto era lo que se afectaba la salud de Kari con el procedimiento médico en cuestión y cuanto era lo que significaba ese procedimiento para la vida de Grethe. Esta ponderación encuentra sustento en este caso especial debido a que Kari padecía de retraso mental, situación que la imposibilitaba tomar una decisión libre e informada como lo garantiza el principio bioético de autonomía. Ante esta imposibilidad de que se realice plenamente el principio bioetico de autonomía queda en manos del médico de Kari tomar la decisión por ella, claro siempre siguiendo el principio de no maleficencia. Creo pues que en esta decisión es fundamental la ponderación a la que aludí líneas arriba.

    En una ponderación así se debe tener en cuenta la salud de Kari, la cual como podemos deducir si bien no vería beneficiada, tampoco sería afectada pues solo trataba de un punzón en la médula. El hecho de que la salud de Kari no se vea afectada da cumplimiento al principio de no maleficencia.

    Cabe mencionar sin embargo, que la dignidad de Kari si se vería afectada, pero entre el pequeño grado de afectación de su dignidad y la vida de su hermana Grethe, prima sin lugar a dudas la vida de Grethe. Además para concluir, podemos decir que el salvar la vida a Grethe da cumplimiento al principio bioético de beneficencia.

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  4. Maria Elena Loayza Tamayo21 de junio de 2013, 14:28

    Teniendo en cuenta el concepto de la Bioética que es el estudio sistemático de las dimensiones de la moral y la ciencia de la vida con el cuidado de la salud. El caso de Grethe y Gari ingresan a un conflicto dos principios, el del Respeto de la Autonomía y la beneficencia.
    Hay que tener en cuenta el contexto, el rol del médico tratante es muy importante porque pondera la vida como un interés superior frente al consentimiento de una persona que presenta una discapacidad mental. Si bien es cierto Kari no dio su consentimiento el médico valoro los riesgos y los beneficios del tratamiento propuesto con el objeto de maximizar el beneficio la vida de Grethel
    Considero que, no se podía pedir el consentimiento a Kari por su discapacidad mental, pero se pidió la autorización a su guardián legal; es ella quien autoriza la intervención y el trasplante de la medula ósea, sin embargo teniendo en cuenta el principio de justicia donde todas las personas debemos tenemos un trato igualitario como los demás seres humanos, sin importar las condiciones de su salud Kari tiene derecho a vivir con su familia y son dignas del mayor respeto como Grethel. El medio tratante actuó frente al principio de la no maleficencia donde no produjo ningún daño a Kari en el trasplante a Grethel y el principio de la Beneficencia el de lograr alcanzar la salud y preservar la vida de Grethel, en esta ponderación la salud y la vida estuvo por encima al consentimiento personal de una persona que presenta discapacidad.

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  5. En el presente caso, existe un conflicto de principios bioéticos que deben ser ponderados. Ya sea de un lado el de beneficencia y el de no maleficencia visto desde la protección de dos sujetos distintos así como el de la dignidad humana con el de la vida

    Resulta obvio que no podemos hablar de una autonomía puesto que esto implica voluntad y en el caso de Kari esta no existe. (Cabe recordar que la voluntad implica: Conocimiento, discernimiento y decisión).


    En esta situación, los principios bioéticos no deben observarse de forma aislada sino en un grado de ponderación que se encuentra sujeto a un análisis de mayor o menor afectación. Resulta claro que toda decisión que se toma afectará a alguno de los principios por lo que se debe apreciar qué afectación causará mayor daño.

    Creo que afectar el derecho a la vida y a la no maleficencia produciría un mayor daño por ser irreparable, debiendo tomarse la decisión de realizar la intervención quirúrgica a Kari, sin embargo esto no acaba allí puesto que los principios que generan derechos en Kari aún deben de ser amparados. Para ello se buscará realizar la acción en la forma que genere un daño menor.

    Me parece que esto se podría conseguir permitiendo que el médico tutor de Kari intervenga en todo el proceso a fin de que resguarde que la dignidad de ella no se verá afectada, principalmente en lo que respecta al trato puesto que no puede cosificarse a una persona por la simple necesidad.

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